Hace aproximadamente 5 años desperté y me di cuenta de que nada de lo que tenía en vida me hacía feliz. Estar en un país como Japón, que aparentemente es el sueño de todos, volvía más pesada mi existencia porque no encontraba ningún motivo por el cual eso podría ser una gran bendición. Pasaba casi todo mi día en un trabajo que repudiaba y no me podía salir de el porqué era madre soltera, extranjera y no dominaba el idioma así que tenía que agradecer porque al menos tenía un trabajo. ¿Pero cómo agradeces algo que realmente aborreces? ¡No le encontraba sentido a esa práctica! Hasta que después de varios conflictos que viví me lleve la sorpresa de que todo lo que estaba en mi vida era resultado de mis decisiones y acciones, a pesar de que colocaba la culpa en todo el mundo entendí que la única responsable de todo era yo y es ahí donde comienza mi renacer.

El reto más difícil de mi vida fue comenzar a sanar todas mis experiencias pasadas, conocerme y después ver toda mi luz y mi sombra, aceptarme y sobre todo amarme. Todo este proceso es algo que no dejaría de hacer por nada en este mundo.

Hoy estoy aquí porque sé que es muy difícil pasar por todo este proceso sola/o, lo puedes hacer, pero cuando hay alguien que te guía, te sostiene y te acompaña en la travesía ¡todo se vuelve más agradable y disfrutable!