Me he dado cuenta que los resultados en mi vida personal, de pareja, económicos y profesional, TODO nace desde la consciencia plena que hago alrededor de cuanto me valoro, respeto, quiero y reconozco. Toda mi vida inconscientemente he estado desde un lugar de poco merecimiento. Y de ahí el impacto en todas las áreas importantes de mi vida.

La proyección que he dado al mundo en la mayor parte de mi vida es de; éxito, seguridad, versatilidad, valentía, resiliencia, perseverancia, tanta y tanta gente diciéndome que me consideran una “gran mujer”. En este párrafo, te confieso que, nunca me había podido ver como las demás personas me logran ver. Y eso es totalmente una falta de merecimiento y autoestima, mismos que jamás me imagine que tuviera en mi vida, porque los resultados ahí estaban “era feliz” me había hecho mi vida bajo la mascara de “soy una mujer independiente, fuerte, feliz y que no dependo de nadie para estar bien” Y NO, no estaba bien, principalmente me sentía muy sola y muy cansada, realmente cansada. Y todo esto cambió cuando decidí retomar mi poder y trabajar por mí y para mí. Decidí que no quería pasar este proceso yo sola, que necesita apoyo y guía, sobretodo compañía y amor. Y decidí que no más me iba a despertar cansada y con esa apatía por la vida. El proceso es muy interesante y muy bonito, pero más bonito es despertar en las mañanas con energía, ilusión y mucho amor a mi, a lo que hago y a la vida que me estoy construyendo todos los días de una mejor versión mi. Como lo digo de broma es una versión “re-loaded” de Áurea todos los días.