Haber nacido gay en una familia y en un entorno tradicional me hizo desarrollar máscaras y mecanismos de defensa, por miedo al rechazo y con el fin de ser aceptado. Desde muy pequeño me acostumbré a vivir con ansiedad constante e incluso desarrollé rasgos obsesivo-compulsivos. Sin darme cuenta normalicé vivir pensando en el futuro, dónde creía sería más feliz, lo cual incrementaba mi ansiedad y la necesidad de controlar todo.

A mis 20 años tuve la valentía de aceptarme y salir del clóset, lo cual fue muy liberador al quitarme un gran peso que cargaba desde niño. Sin embargo, a mis 23 años emigré a España, lo que trajo muchos retos a mi vida. La incertidumbre del proceso migratorio disparó mis niveles de ansiedad. A pesar de tomar terapia convencional, la gestión emocional era insuficiente. También descubrí que no sabía cuál es mi propósito de vida. Me sentí perdido hasta que el coaching llegó a mi vida.

El coaching cambió mi vida, tanto, que decidí que quería que otras personas pudieran experimentar los mismos beneficios. Ha sido un proceso de sanar y trascender heridas que me hicieron desarrollar protectores, de enseñarle a mi sistema nervioso a sentir emociones pesadas como la ansiedad y el miedo, para vivir una vida más liviana desde mi verdadera esencia. Y esto ha sido posible gracias a las herramientas de autoconocimiento y gestión emocional que aprendí, así como al desarrollo de mi espiritualidad y el despertar de mi consciencia.