Hoy te quiero contar como yo, maestra y auxiliar de enfermera de profesión, encontré mi pasión, mi vocación como Life Coach y cómo llegué a sentirme la mujer segura, libre y empoderada que nunca pensé llegaría a ser.

Nací en una familia desestructurada donde viví situaciones muy, muy difíciles para cualquier persona pero más aún cuando eres pequeña y no acabas de entender nada de lo que está pasando. Fui invisible a los ojos de mis padres y ello me llevo a una gran necesidad de amor, cariño y atención. Para poder conseguirlo, de manera inconsciente, me fui convirtiendo en una niña y, más tarde, mujer complaciente, cuidadora, salvadora que anteponía siempre las necesidades de los demás a las suyas para así conseguir la estimación y validación que yo no me sabía dar pues nadie me enseñó. La valoración que yo tenía sobre mí siempre recaía en la opinión de las persones de mi entorno y me pasaba el día haciendo malabares para que fuera buena y cuando llegaba la noche estaba agotada de tanta presión que yo misma me ponía. Todo ello, con el paso de los años, se convirtió en un gran perfeccionismo en todas las áreas de mi vida: trabajo, amistades, familia, mi casa y como no con mi cuerpo y es ahí donde empecé una difícil relación con la comida.

A ojos de los demás mi vida era plena y maravillosa pero yo sentía un gran vacío dentro de mí, ahora con el paso de los años lo entiendo, no me permití ser yo misma, conectar con mis necesidades, mis ilusiones, mis sueños.

Hubo un punto de inflexión en mi vida y fue cuando recibí la noticia de que iba a ser mamá. Mi hijo necesitaba mi mejor versión y yo también reconciliarme conmigo misma. Es ahí, en ese punto, cuando empecé un largo, duro, intenso y a la vez apasionante camino al mundo de sanación. Acudí a diferentes terapias, me apunté a muchos cursos y formaciones de desarrollo personal (PNL, sanar el niño interior, hoponopono...), me saqué un Máster de psicología holística y liderazgo de la mujer y hasta el día de hoy que no he parado ni pararé nunca de formarme pues me apasiona aprender tanto para mí y mi desarrollo personal, como para ponerlo al servicio de todas aquellas mujeres que lo puedan necesitar.
Me considero una apasionada del autoamor, de las relaciones sanas, del respeto al cuerpo y del empoderamiento de la mujer.

Para acabar, decirte que si yo pude tú también puedes.
Nunca y bajo ninguna circunstancia dejes de creer en ti!