Has escuchado la frase “El dolor me hizo creer”. En mi experiencia, el dolor físico y emocional sacudieron mi vida a tal grado, que estuve a punto de rendirme. Realmente no entendía que pasaba. Me preguntaba ¿por qué a mí? ¿qué hice mal? ¿cuándo me va a dejar en paz este maldito dolor?, pero no encontraba respuestas. Me encontraba en un estado de dolor y victimización. Creía que era víctima de una condición médica y por ende, le estaba dando la responsabilidad de mi propia vida a los medicamentos, a los doctores y a la misma enfermedad hasta que me di cuenta de que la protagonista de mi historia soy YO. Decidí tomar la responsabilidad de mi vida y de mi salud y comencé a buscar diferentes alternativas que pudieran ayudarme (además de la medicina convencional). En este despertar de conciencia y en mí búsqueda por sanar, encontré a personas, libros y mensajes que me ayudaron a re-conectarme con mi salud física, emocional y espiritual. El dolor ha sido un gran maestro de vida para mí. Gracias al dolor, encontré, el para qué, de esta circunstancia, la cual se convirtió en mi propósito y misión de vida.