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Mi paso de Niña a Mujer no fue el más agradable- entre sangrados y dolores menstruales intensos debido al síndrome de ovarios poliquísticos aquello fue un calvario total y según los médicos, mis óvulos no eran de buena calidad para quedar embarazada. Sin duda, Dios tenía otros planes y se que siempre son perfectos... y entonces me sorprendió con mi primer bebé a mis 22 años.

9 años después de dar a luz por cesárea a mi primer hijo, perdí mi ovario izquierdo a raíz de los quistes y desde entonces mi vida ya no fué la misma. Sin embargo, mi hijo deseaba un hermanito y con Fé en Dios pedimos por él. Y Dios nos concedió tan hermoso deseo...

Recuerdo tan bien el día en que mi vida cambió por completo.
9 meses después al despertar de mi segunda cesárea la enfermera que me cuidaba dijo: Bienvenida a la vida! Tuvimos que someterte a una histerectomía parcial de emergencia. Perdiste tú Útero, pero estás viva!! Sangraste demasiado, desafortunadamente, no pudimos limpiar la Endometriosis por completo, te tuvimos que suturar dejando células y tejidos restantes... eres todo un milagro! Estas muy débil- Descansa!

Recuerdo sentirme tan sola, vacía, débil, con mucho dolor físico, mental, moral y emocional. Sin esperanzas, victimizada, triste, cansada y literalmente quebrada en pedacitos. Yo era un hermoso desastre hormonal (pre-menopausia temprana a mis 31 años), 50 lbs de sobrepeso, dolores de espalda intensos, colesterol alto, sistema Inmune y nervioso por el piso tanto así que el virus del Herpes Zoster despertó en mí de una manera brutal y solo vino a empeorar mi situación. Y fué entonces que me aferre a lo único que me quedaba- mi FE CIEGA E INQUEBRANTABLE! Pedí a Dios por un milagro, una respuesta a mis oraciones... Y aunque tomó tiempo, estoy inmensamente agradecida con los resultados.

Reconocerme como la niña favorita de Dios me ha permitido responsabilizarme de mi vida, mi salud, mi felicidad y mi brillo. Transformar mi perspectiva de la vida, transmutar mis heridas, hacerle justicia y honrar la energía de mi Útero y mi ovario, despertar mi amor propio, amar mi sombra, perdonarme radicalmente, desarrollar una profunda autocompasión y agradecimiento aún por el dolor. Buscar y no parar hasta encontrar las herramientas para poner mis piezas rotas juntas de nuevo. Brillar con Luz propia, inspirar y animar a otras mujeres a hacer lo mismo.

Mujer encantadora, si sientes que ya es hora de transformarte y regresar a casa... de regresar a ti, a tu centro, a tu esencia- Será un honor y un placer para mí acompañarte e iluminar tu camino.